El
caballero de la invicta de R H Moreno-Duran
Diego
A'
Universidad
la Gran Colombia
La literatura colombiana desde el modernismo se
centra en las realidades sociales, si se tiene en cuenta que dichas realidades
pretenden mostrar una Colombia llena de conflictos, políticos, sociales,
económicos y culturales; es fácil destacar que gracias a ello hace su aparición
autores como R H Moreno Durán (1946 – 2005), quien impone un nuevo lenguaje,
unos nuevos espacios literarios y unos nuevos cánones; con su propuesta hecha
con agudeza e ironía, en el manejo del humor para jugar libremente con la
cultura (traduciéndolo en gozo, placer, risa, burla e ironía), obligando a una
lectura de sus obras desde lo agudo, sarcástico y malicioso, con un alto nivel de humor.
En sus obras encontramos pormenores de la historia
nacional, contada por medio de alusiones caricaturescas y grotescas, sobre los partidos políticos, los sistemas
militares, el frente nacional, la clase diplomática y demás actores socio-políticos
del momento; es aquí donde deja ver su visión crítica de lo que sucede en el
país, y esto va ha ser relacionado con la imagen que tiene de la mujer y con la
que logra cambiar el concepto de escritores anteriores, que la enmarcan en lo
puro y virginal; R H Moreno (1993) con su novela “El caballero de la invicta” logra una visión de la mujer, que pone como símbolo de lo inmoral y negativo,
con ella va a lograr hacer apuntes de humor cuando califica algún evento
específico, como el siguiente:
“aquí se distingue nítidamente el clítoris frígido
sobre el conflictivo canal; y más allá, en fin, como un comentario sobre la
naturaleza femenil de tanto estropicio, una buena cantidad de cuernos en medio
de monedas, papayas, granos de café y verduras no
identificables.”(Moreno-Duran, Pág.
30. 1993)
En este tipo de momentos es donde proyecta con su
libro, una contradicción en la idealización de la mujer perfecta y la madre-patria, es donde deja ver
la ironía que emite por medio del erotismo en sus críticas, dando a conocer ese
estilo tan particular que lo lleva a alejarse de la imagen de Gabriel García Márquez, aunque hay que
reconocer que para la época el estigma que formo la literatura de Márquez era
una carga bastante complicada de llevar, pues en la época existen otros tipos
de escritura que se deben tener en cuenta si queremos en realidad abordar de
forma completa la literatura Colombiana.
Cabe mencionar que Moreno Duran cambia también la
forma de narrar en cuanto a la perspectiva espacial pues su narración es
cerrada, es hecha desde adentro con miras a una lectura que retoma elementos
íntimos que permite desnudar a sus
personajes de modo que nada queda oculto ni maquillado, aunque sea una forma
cruda de mostrar una realidad, es claro afirmar que tiene un lenguaje especial
que como dice Luz Mary Giraldo en el
libro “Rafael H Moreno Duran o la
desmitificación de la cultura”:
“Moreno Duran concentra sus novelas en espacios de
salón, salas, alcobas, o recintos cerrados de corte burgués, decorados con
cierto refinamiento de telas pesadas, cuadros, relojes, espejos que producen la
impresión de un ámbito de tonalidades claroscuras, donde el tiempo parece no
transcurrir (a pesar de la acumulación de hechos que se mueven
laberínticamente), y se vive en la intensidad de las sensaciones corporales,
eruditas, e intelectuales.” (Giraldo, Pág. 9. 1992)
Lo anterior es fácil determinar en la primera parte
de la novela “El caballero de la invicta”,
en donde Moreno Duran, hace una narración descriptiva del lugar de la boda y en
especial de cada uno de sus personajes dejando ver el lado oscuro de los
invitados a dicha reunión en donde se observa que la clase alta de la sociedad
no es tan maravillosa y decente como aparenta, pues cada uno está envuelto en
acciones poco respetables en donde la mujer no es presentada como símbolo de
bondad si no que es un símbolo sexual que ayuda a describir una sociedad
corrupta, en su segunda historia de las cinco que contiene el libro, su campo
descriptivo se amplia, pues la referencia es el gobierno de la época, que no se
salva y en cada uno de sus renglones realiza un análisis profundo de lo que
considera poco fiable para la ciudad, es evidente todo el realismo cubierto por
un toque de humor que agrede e insulta a quienes critica de una forma muy
sutil, conservando un lenguaje impecable y muy profesional.
Luz Mary Giraldo hace una descripción de la
narrativa del autor un poco más concreta en su libro “La novela colombiana ante la crítica 1975 – 1990” en donde complementa
diciendo:
“Moreno Duran no escribe desde la cocina, lo hace
desde el salón, pero acompaña a sus compañeros de velada al baño, a la cocina,
a la recámara, al cuarto del servicio, al motel, a la proa inhabilitada de un
barco, a los umbríos de un bosquecillo, a un bar de mala muerte o a un
exclusivo restaurante, incluso a los solitarios pasillos de una biblioteca… Cualquier
lugar es excusado; cualquier lugar es apto para estar desnudo, solo o en
compañía, cuando es el ojo del voyeur quien acompaña y dibuja la escena.” (Giraldo,
Pág. 220.
1992)
Una descripción tan exacta cómo la que hace
Moreno-Duran, sólo se puede realizar si se está en el lugar donde suceden los
hecho, es por esto que este autor, es un narrador inmerso en la escena aunque
no participe de la acción, además es notable que Moreno es un voyerista que se
orgullece de serlo pues logra penetrar con su relato las fibras más intimas del
erotismo que entremezcla con su humor característico para presentar un trabajo
impecable.
Un elemento primordial en su texto es la destrucción
del ideal de la familia ejemplar, pues el profesor, su esposa e hijas, aunque
se presentan en sociedad como un hogar con principios intachables no son más que una farsa, que Berenice da a
conocer cada vez que entra en su particular trastorno, que por cierto sólo
tiene durante su menstruación y que le ayuda a desahogar sus más profundos
sentimientos como lo muestra el siguiente fragmento:
“Claro está que había cosas poco escusadas en
ese vocabulario bastardo, tamizado por un marcado acento inglés, como cuando
Berenice decía que su madre era un kurveh y su padre un shmegeggy: había que
ver la roja cara de Roth y los otros traductores, avergonzados y sin saber cómo
salir elegantemente de su misión, pues kurveh es puta y shmegeggy cornudo,
aunque quienes estaban al tanto de los desarreglos de la familia, sabían que
Berenice, así fuera en lengua de judíos, decía la verdad de forma impecable. El
pobre profesor no sabía qué decir ante el dictámen de la ciencia y ni siquiera
el cada vez menos apático marido Santiago se salvó de los piropos que prodigaba
Berenice. Un día, delante de todo el mundo, le dijo imperativamente Kish mi in
tuchis, que significa Bésame el culo, a lo cual él se negó, no porque no
entendiera sino porque en ese momento no estaba para esas cosas y además había
mucha gente.”(Moreno-Duran, Pág.
418. 1993)
Berenice es muy clara al referirse a los
que la rodean cuando revela dichas incoherencias que lo único que hacen es
poner al descubierto intimidades que demuestran un concepto fantasioso de la
palabra familia, cuando muestra cruelmente esa realidad oculta a esa sociedad
que los consideraba ejemplo.
Es fácil denotar muchos elementos significativos
del trabajo arduo de Moreno-Duran en su obra y cada uno de ellos fabricados con
tal cuidado que ofrecen una refinada imagen de algo impropio del ser humano
como individuo social, resaltando el otro lado, “su otra cara”; otro ejemplo de
esto es el famoso Le Petit Maitre Illustré,
un hombre culto y el mejor amigo del profesor, “gluteólatra” (amante y
experto en glúteos femeninos), con un enciclopedismo que no es más que un
detallado y minucioso conocimiento de temas eróticos, que el personaje asume
con devoción científica, reconocible en frases como: "una mujer sin culo
es un desastre ecológico" (pág. 41) "un bello culo de mujer es prueba
fehaciente de la existencia del yo" (pág. 47).
La escritura de R H Moreno- Duran en su
particularidad permite reconstruir una sociedad determinada por sus costumbres
desde una perspectiva algo futurista si se tiene en cuenta la inclusión de
elementos que no existen aun en la ciudad, pero que se han tenido en cuenta
como posibles, es el caso del metro, que según su texto moreno lo encaja de
forma sorprendente en su narración y lo hace parte de una realidad que alguien
que no conozca Bogotá se dejaría
envolver por su descripción del espacio en la novela, además promueve la idea
de una mujer diferente a la que nos presentaban autores como José Eustacio
Rivera en la María, pues ya no es la mujer virginal e inocente, si no que es un
símbolo de erotismo y maldad, que extrae los más profundos deseos en los hombres
y son un referente de poder que acorde con la novela señalan una crítica
perfecta a los ideales de una sociedad de apariencias.
“El
caballero de la invicta” es muestra fiel de su
compromiso como escritor, porque en su novela presenta un dominio envidiable
del lenguaje, muestra su amplia gama de conocimientos en diversas disciplinas o
al menos con su escritura logra provocar dicha sensación en el lector, es bueno
el poder reconocer que Colombia tiene muchos escritores con temáticas novedosas
y creativas con los que se podría tener más formas de conocer nuestra literatura y que aportarían en la construcción
de la historia literaria en nuestro país de una forma más concreta, que la que
hasta el momento tenemos, que por cierto es muy reducida, no por que no exista
si no porque ha sido ignorada u opacada por otros autores que obtuvieron un
reconocimiento mayor, es necesario y pertinente el poder mostrar los diversos
estilos literarios que hay en nuestro país, además de promoverlos formando una
nueva cultura literaria en Colombia.
Referencias
MORENO
DURAN, Rafael H. “EL CABALLERO DE LA INVICTA”. Editorial planeta. Bogotá.1993.
GIRALDO,
Luz Mery. “RAFAEL H MORENO DURAN O la desmitificación de la cultura”. Centro
Colombo-Americano. 1992.
GIRALDO,
Luz Mery. “La novela colombiana ante la crítica 1975- 1990”. Editorial
Javeriano CEJA.